domingo, noviembre 02, 2008

Otro paso más pa' lante... (Eduardo. Capítulo 10)

"Look, everything you have done up until now has landed you right here, in a place where your mind, spirit and body are unhappy. More than unhappy, they (You) are HUNGRY, STARVING for new food that will create positive changes in your attitudes and actions." Emerald. The other woman

Anoche estuvo aquí el español, Leo, y no pudo ser mejor. Y mira, que anoche me robaron la cartera, pero estar con él me hizo olvidar de todo. Generalmente me tomo mi tiempo para contar las cosas que me pasan, y es porque necesito asimilar las cosas, ver qué es importante, qué no lo es y de cuáles cosas tengo algo que aprender y alguna conclusión que sacar. Pero en este caso no es necesario esperar más, ya yo sé qué aprendí.

Primero, que no se me olvide nunca que yo tengo que aspirar a solamente hacerme acompañar de personas alrededor de las cuales yo pueda ser yo misma. No tengo palabras para describir la paz que ese muchacho me trae. Es la persona más dulce y más fácil de tratar, es sexy, apasionado, independiente, easy-going, se me olvida que es extranjero, que es prácticamente un desconocido, no estoy tratando de ser quien no soy (claro, ese tampoco es mi fuerte), no estoy tratando de impresionar, no tengo que tener autocensura, sencillamente soy yo misma y me siento completamente aceptada.

Segundo, que no se me olvide a mí que yo estoy cortada para ser feliz. El domingo pasado yo estaba hablando con mi mamá por teléfono y ella me decía que me acuerde que cuando ella se divorció le dio una depresión terrible, entonces ella zarpó directo y en vivo para donde un psicólogo-psiquiatra que la jartó de antidepresivos por varias veces hasta que se puso bien. JAMÁS EN MI VIDA HE VUELTO A VER A MI MAMÁ TRISTE. Eso no existe, ella no se deprime nunca, no se pone triste nunca. Yo crecí en una casa donde no había personas infelices. Esta idea me viene a la mente producto de que me doy cuenta que en estos últimos años me he estado rodeando de gente que se viven quejando y siempre son las víctimas de alguien más, de sus madres, de los amigos, de los enemigos, del perro... y me refiero a Adrian, mi último esposo y Eduardo, mi último tormento. Y esto se debe a que aprendieron esto, a quejarse y echar la culpa. Pero yo no, no me puedo dejar arrastrar a esta sinfonía de plañideros. Este no es mi estilo, esto no es lo que yo estoy cortada para ser. Yo tengo en mi background todo para ser feliz. Yo no tengo excusas, yo no aprendí esto, no crecí con esto, no he visto negatividad nunca en mi hogar y no me merezco pasar una semana como la que acabo de pasar, de dolor, sufrimiento y desasosiego. Yo no me merezco pasar 4 días de desolación por una tarde de pseudo-felicidad. Sencillamente la matemática no me cuadra. Punto y se acabó.

Y con esto viene el tercer punto: retornar a la posición anterior. Si yo le vuelvo a hablar a Eduardo, lo bautizaremos Harry Potter, porque es mago. No puede ser que después de pasar una noche con él, los siguientes 4 días fueras de depresión y la única forma de sacarme de la casa fuera arrastrada, casi a palos (y por hacerlo le agradezco a Lucy, y a Luisa). Esa noche me sentía como la canción de los enemigos íntimos: "dormir contigo es estar solo dos veces, es la soledad al cuadrado". Fíjate tú que jamás he vuelto a saber de ese mojón y su papá me llamó ayer para ver si yo sé dónde ha estado durmiendo toda la semana (con su esposa, supongo!).

Pero esta vez es más fácil, solo me tomó una semana olvidarme. Cada vez nos hacemos más fuertes. Cada una es mejor que la anterior.

O sea, Leo es "azafato" no me ve más que una vez al mes, ni siquiera hablamos mucho, y vive en un avión y me trae paz, me inspira confianza. Es que en mi mente no existen las dudas con respecto a quién es él tanto alante de mí como cuando yo no lo estoy viendo. Para mí es verdad cuando él dice que está soltero, cuando dice que tenía tiempo sin acostarse con una mujer, cuando dice que vive solo ¡y vive en otro continente!. Y sin embargo, Eduardo, durmiendo en su casa, con su esposa, la cual es casi seguro que no se lo da, siempre me genera dudas, preocupación e inseguridad. Y es a esto que me refiero cuando digo que no creo en la fidelidad. Porque esta solo existe en la mente de uno. En mi mente, yo confío en Leo antes que en Eduardo y siempre va a ser así. Y es a esto a lo que yo tengo que aspirar, a ser feliz de nuevo, a ser feliz siempre, a sentirme bien cuando el protagonista de turno no esté presente, a andar con gente en la que yo confío.

Cuando tú veas que se me desamuebla el cerebro de nuevo, hazme el favor de avisármelo. Recuérdame que no me está permitido sufrir por minucias. Oblígame a recapacitar. Para mí, ya no más dolor innecesario. Eso se acabó. No permitas por favor que se me olvide.

1 comentario:

  1. No te preocupes estare aqui para recordartelo constantemente y para recordarmelo a mi misma que por ocasiones tengo flashes y lo olvido!!!
    Muchacha tu eres un ejemplo a seguir...

    Mientras mas leo tu blog mas me encanta!!!

    ResponderEliminar

¿y cómo lo ve usted que tiene lentes, doctor?