lunes, mayo 31, 2010

Lo que no se escribe, no existe

Hace un par de noches nos paró la policía. Veníamos de la celebración del bicentenario hecha por la Embajada Argentina en el Museo de Arte Moderno. O no exactamente de allá, sino del sitio al que fuimos después del que fuimos después del MAM.

En fin, que en contra de todas las predicciones del Duke, que me dijo que iba a conocer a toda la gente pedante del mundo junta en un mismo salón, y de las mías propias, que pensé que no tenía cómo competir entre tantas mujeres altas, flacas, rubias, cultas e inteligentes, resultó que no solo me trataron de maravillas, sino que me sentí como la reina de la fiesta. No había una que se me comparara (según mi humilde punto de vista, que es el que vale)…. y además, hicimos un par de contactos con posibles clientes.

O sea, que para celebrar que estábamos celebrando nos fuimos directo y en vivo para la zona, al bar de la amiga mía, y luego para el bar de la otra amiga mía. Aquí fue que nos encontramos a Miguel y por fin se lo pude presentar al Duke. Inmediatamente hicieron click. El problema es que yo había comentado en un post que ahora no puedo encontrar que Miguel era perfecto para mí, “con ese hombre yo me caso” dije literalmente. Y el Duke se la pasa jodiendo con esa vaina. A pesar de que le expliqué que Miguel y yo siempre tuvimos problemas de timing: nunca coincidimos, cuando yo estaba soltera, él tenía novia y viceversa. De hecho nunca nos enamoramos, nunca llegamos siquiera a ser novios de verdad. Y Miguel se lo confirmó la otra noche. La diferencia es la siguiente: con Miguel yo me caso, con el Duke…. me caso por la Iglesia. Él me dijo: escríbelo, que si no no vale, y yo, obediente al fin, lo hice.

En fin, excelente noche….. hasta ese momento. Pues cuando veníamos de vuelta, muy campantes hablando de quién sabe qué mierda nos para la policía, y no sé de quién fue la idea o si fue un acuerdo tácito nos pusimos automáticamente a montar un teatro para el beneficio de los agentes. Tan pronto nos paramos empezamos a pelearnos a los gritos: “¡¡¡¡VETE A LA MIERDA, MOJÓN, LLÉVAME A MI CASA!!!!” “¡¡¡¡QUÉ MÁS QUISIERA YO, LOCA DE MIERDA!!!!” etc, etc... para ver si se asustaban porque aquí hay la cultura de no meterse en pleito de marido y mujer. Pero nada, no valió.

Entonces seguimos con uno de los policías montado en el asiento de atrás del carro y seguimos con la historia hasta llegar al destacamento, seguidos por la patrulla que tenía a los demás. La idea era que se distrajeran con el pleito y no se dieran cuenta de lo borrachos que veníamos.

Cuando llegamos al destacamento el Duke les dijo que no andaba con los documentos, que tenían que venir con nosotros a la casa. Ellos dijeron que eso no se puede pero los ignoramos, porque estábamos muy ocupados gritándonos barbaridades.

En fin, que yo subí a buscar los famosos documentos del carro y el Duke me cuenta que los policías se meaban de la risa:

- ¿y dónde cargó usted con esa loca?
- yo no sé, si ustedes quieren quédense con ella

- ¿y llevan mucho tiempo juntos?
- nosotros no somos nada, yo la acabo de conocer
- ah, no, pues bótela a esa maldita loca!!!
- claro, eso estoy tratando de hacer hace tiempo, pero no me deja… dígame algo: ¿la comisaría es cómoda?
- jmmm, sí, es cómoda…
- ah, pues me voy con ustedes para dormir allá…

Yo, por mi parte me llevé a uno de ellos conmigo para arriba y le enseñé a todos mis hijos a ver si así se daba cuenta de que estorbaban y se acababan de largar, incluso paré a uno de los niños dormido y lo bajé hasta el parqueo para espantarlos.

Pero llegué a la conclusión que la única forma de quitarme a esta gente de encima era dándole mi teléfono al que subió conmigo, que me lo había pedido varias veces. Como no me quedaba más remedio, opté por la única salida posible, entregarle una tarjetita de presentación…. de mi vecina.

O sea que para los fines de lugar, mi nombre es Eugenia. ¡No me quiero ni imaginar qué habrá pasado al día siguiente cuando este especimen intentara llamar a la señora del primer piso a su consultorio!

lunes, mayo 24, 2010

Dimes y diretes

Como no ha habido poder que convenza al duke de volver a montar bicicleta ha cultivado una discreta barriguita. Además, que lo único que le gusta usar dentro de la casa es la parte de abajo de un baby doll mío rojo, combinado con un sueter de él rojo también. Si a esto le sumamos la chivita café con leche (más leche que café) y los lentecitos para leer nuevos (lo que es el amor… nos quedamos ciegos al mismo tiempo). La combinación de todos estos factores físicos y su incomparable buen humor me han llevado a darle un nuevo nombramiento: santa, tú sabes, por lo de Santacló….


Y él, que no se queda atrás, me dijo que ya sabe de dónde sale el nombre KIA: know-it-all…. Lo cual si tú lo piensas bien, y apelas a alguien imparcial y objetivo y que además me conozca, podrías rapidísimamente darte cuenta que no es un sarcasmo, sino una verdad del tamaño de un elefante, porque yo efectivamente lo sé todo.

jueves, mayo 13, 2010

Para estas elecciones

El domingo es día de elecciones congresionales y municipales y aparentemente está de moda no votar. Por mil motivos.

Yo, que no tengo un solo pelo de revolucionaria en mi cuerpo, no estoy de acuerdo con esta moda. A mí no me gustan los desórdenes, las protestas, ni los pseudo-movimientos que se fundan cada 2 semanas para protestar por cada cosa. NO SOPORTO la quejadera, la gente que usa el feibú para estar jodiendo y jodiendo y jodiendo.... y quéjese y quéjese!! coooooooooooooooño ¡cuánto joden!

Yo creo que las protestas se hacen voto a voto. Yo soy una defensora acérrima de la democracia. Yo soy del club del nunca bien llorado Edwin Gómez ("Desde el Medio"), q.e.p.d., que decía que demasiada gente dió su vida para que hoy nosotros tuviéramos este derecho y que no podemos darlo por sentado, Dios sabe que hay gente que no puede. Además, por una de esas vueltas del destino, nosotros tenemos el raro privilegio de elegir nuestros poderes independientemente.

Con las municipales no hay drama, yo estoy clarísima en cuál es mi síndico, porque yo tengo ojos en la cara.

Pero en las congresionales la puerca retuerce el rabo. Se ha hablado de no votar en las preferenciales por ningún diputado que no nos presente su propuesta política. Y yo estoy muy de acuerdo. De mi zona he recibido ya las propuestas de dos candidatos, o sea que me ha faltado por ver dos propuestas: la del candidato de mi partido y la de mi segundo favorito. ¡qué maravilla, ¿no?! Way to go!

Se me ocurren dos opciones: votar por el senador de mi partido favorito y los diputados que se vayan a la mierda o irme para el voto preferencial con uno de los clásicos: la hija de los 2 próceres contemporáneos o el diputado probado y requeteprobado con un currículum y una imagen impecables, la boca durísima, con como 4 períodos en el puesto y que fue aportado al ruedo electoral por uno de los partiditos chiquitos.

Si aún no estando muy de acuerdo, termino votando por el que vaya de mi partido, puede ser que se lo merezca, pero que conste que no se lo ganó.

Se sabe que mis domingos son sagrados, para descansar, dormir, ver tv y no hablar con nadie. Pero este domingo habrá un cambio de rutina: levantarme a las 4, recoger mi valija, mis urnas, mis caseta y enfilar para el club Los Prados a abrir mi colegio electoral y joderme todo el día tratando de no pelar con los delegados (que vienen más brutos todos los años) y con suerte, entregar a tiempo para llegar a cenar y tomarme un par de tragos con mi marido antes de caer redonda como una guanábana hasta el lunes a mediodía.

domingo, mayo 09, 2010

Ramón

"Miré hacia atrás y contemplé un mar de rostros, más lejanos cuanto mayor era la distancia sentimental y de edad respecto al cadáver. Sentí un escalofrío al comprobar que era quizá la primera vez que ocupaba un puesto tan adelantado en un funeral, y me di cuenta que esta acto es, en efecto, uno de los termómetros de la vida. En las primeras ceremonias fúnebres a las que uno asiste se sitúa en el último banco, y sale incluso a fumar un cigarrillo si la cosa se alarga. Pero a medida que los años transcurren vamos avanzando banco a banco en dirección al muerto hasta ocupar su sitio."
Juan José Millás. Cuentos de adúlteros desorientados


Ayer era 8 de mayo y el feibú me avisó que mi amigo Ramón cumplía años. Entré a su página para ver las felicitaciones y la que más me gustó fue una en que le decían: "Ramon deja tu bulla y habla bajito!!!!!".... típico.

No he sabido de Ramón desde el 9 de diciembre, cuando me contó tempranito que Luis Dias se había muerto el día anterior. Yo le contesté lo mismo que a todo el mundo, y lo mismo que pienso, que este tipo estaba ya viviendo horas extra, que por las condiciones que lo vi las últimas veces en la calle se notaba que sobraba y que no le quedaba mucho tiempo y que qué bueno que la sociedad ya salió de esta lacra jarto de drogas y haciendo show en la calle (aclarando, conmigo él se llevaba muuuuy bien, esta es solo  mi opinión, no un reflejo de mi relación con él). Parece que el comentario no le gustó, porque no me dijo más nada.

Sí me comentó que iba para la funeraria en la tarde y que había estado la noche anterior, puesto que había muchas actividades artísticas y a él, como administrador del blog rockdominicano.com, le correspondía informar (y saber). Y por administrador del blog quiero decir desempleado. Otro de mis amigos que no trabaja ni que le paguen dinero.

Como a medianoche recibí una llamada (las llamadas a deshora nunca son buenos presagios), que Ramón, cuando se estaba bañando cerca del atardecer tuvo uno de sus ataques de epilepsia y se cayó en el baño. En las primeras horas de la noche lo encontró un tío muertecito y nadando en sangre.

Terminamos velándolos uno al lado del otro.

Ramón es el primer amigo que puedo recordar. Mi único hermano. Siempre bromeábamos que mi mamá lo conocía a él desde que él era un apretón de manos. Ella empezó a trabajar con su papá en la Manicera desde que ambos eran solteros y fue testigo de primera fila de toda la historia de esa familia hasta que empezaron a llegar los nietos de uno y otra. Luego vino el divorcio.

Evidentemente estuvimos juntos en el colegio. Me refiero al mejor amigo desde preescolar hasta que se fue (lo fueron) del colegio (por jodón), el incondicional, el que se da cuenta que estás mal aún cuando nadie más lo nota ("I wanna know what you're thinking there are some things you can't hide. I wanna know what you're feeling tell me what's on your mind"). Todos hemos tenido uno de ésos. Ahí está en la foto haciendo morisquetas después de un concierto de Jamiroquai. Pude haber puesto una foto seria, pero ese no era él.

Ramón, gracias a Dios, no tenía hijos, ni esposa, ni novia. Sí me consta que ya le estaba picando el gusanito, porque un par de semanas antes me lo dijo, que ya quería buscarse una novia, enamorarse y casarse. Se había hartado de vivir solo y estaba loco por tener muchachitos. Eso hubiera sido divertido de ver.

Quizás esto no fuera tan traumático, si no fuera por un pequeño detalle: par de años después de nosotros terminar el colegio, la hermana del medio, Sadie, recién casada, recién embarazada (nadie lo sabía todavía), se mató en un accidente de tránsito cuando se durmió manejando hacia el aeropuerto para llevar a su esposo. 2 de 3 qué maldito promedio.
Como un mes antes de su muerte Ramón se encontró a mi mamá en el súper y le tapó los ojos (adivine quién), siempre con su relajo, y luego que su mamá estaba viviendo en Europa hacía un par de años porque se había casado por allá con un viejo, pero que ya volvía, porque acababa de enviudar. Todavía no había vuelto cuando él falleció. Te lo juro que yo no quisiera estar en los zapatos de esa señora cuando la llamaron con la noticia.

Tenía par de años sin verlo, todo el contacto era por internet y telefónico. Queríamos juntarnos, pero yo desistí de la idea cuando supe que él no tomaba alcohol ¿a qué perder el tiempo? Eso sí, hablábamos por teléfono como en los buenos tiempos, por horas. La próxima vez fue en una caja. Esto ha sido desolador. No he sabido de Ramón desde el 9 de diciembre, pero estaré esperando noticias de él.

viernes, mayo 07, 2010

Gustar

"...la felicidad del amor no se hizo para dormirse en ella, sino para joderse juntos"
Gabriel García Márquez


Resulta que hace un par de días en una conversación con Duke yo le dije (en respuesta a algo que no me acuerdo) que honestamente me tiene sin cuidado lo que a él le guste o le deje de gustar, que eso no me importa y no es mi maldito problema.

Pues parece que se ofendió o se sintió mal, porque ya van como 2 veces que me lo menciona en discusiones posteriores. Quizás debí aclarárselo en ese momento, pero hay una ley que dice que solo se discute un tema a la vez y prohibido irse por la tangente, sacar el historial y convertirlo en la tercera guerra mundial.

Quizás él no puede ver lo que este comentario significa para mí (¿y cómo podría, si empeñó la bola de cristal y el turbante se le perdió?). En fin.

Lo que realmente pensé en ese momento fue "nunca en mi vida puedo volver a pensar siquiera en cambiar para gustarle a alguien ¿tú sabes lo que me ha costado llegar a ser una persona que me gustara a mí?". Yo me debo y le debo a la persona que amo ser genuina. Esto es una inversión a largo plazo que se traduce en amarme a mí misma, encontrar a alguien que me ame tal como soy, nunca en mi vida sostener una discusión en que yo reclame las cosas que cambié por otro (o para el caso, viceversa) y lo más importante, jamás oír: "a mí me estafaron, tú no eres la misma que yo compré".