"The mass of men lead lives of silent desperation" Henry David Thoreau. Walden
Pues resulta que yo ando intermitentemente con un tipo que es sumamente aventurero, le encantan los retos, lo imprevisible, lo desconocido, los riesgos. Todo un McGyver, y su hermano es Rambo (no el de la foto, ese es Indiana Jones).
Y esta pasión por la aventura se manifiesta de la siguiente manera: en algunas ocasiones, sin ton ni son, a cualquier hora del día o de la noche, sin planificación previa, sin equipaje, con el vehículo en malas condiciones y ande con quien ande, este joven coge su camioneta y enfila sin rumbo por una de las carreteras del país hasta donde lo lleve el deseo. O mejor dicho, enfila por la carretera del Sur con destino a Barahona, el pueblo donde él nació y ¡ah, sí! donde todavía vive su mamá.
¡¡¡Wao!!! ¡Qué gran odisea! Apenas puedo creer tanta temeridad, ¡qué hombre más valiente!.... por favor. Diría yo que 'jugar con el destino' no es precisamente caer sin previo aviso en el lugar donde conocen a uno por el apodo de cuando carajito y donde los pseudo-héroes locales sean todos familia tuya. ¡Atrévete a coger la carretera del Cibao, o del Este... mejor, la de Samaná!
Pues la primera vez que ocurrió este intempestivo viaje me pareció súper charming, y bien interesante, y ahora, que ya van como 4, lo veo por lo que realmente es: un acto de escapismo. Porque es que cuando la realidad se vuelve insoportable, las deudas o la rutina te agobian y se asientan la desolación y la incertidumbre, el hombre tiende a volver al lugar donde una vez se sintió seguro: al útero materno.
Eduardo sencillamente desanda, guiado por el cordón umbilical, el largo camino andado para que su mamá le cocine y lo añoñe una vez más.
Esta es la foto del último viaje, el fin de semana pasado. Se cuenta que la jovencita de Alaska que tomó esta foto estaba llorando a mares cuando la camioneta los dejó, una vez más en el medio de la nada.
Mierkina qué bendita risa!!! No paro de reir honestamente, porque la descripción que diste al principio es EXACTAMENTE igualita a la de un amigo mío llamado koky (el nombre ha sido cambiado porque no me da la gana que se sepa quien es mi amigo, jejeje), lo único que él no tiene su mamá por allá y no creo que ande con un vehículo cagalitroso (si es de él, porque si es de una institución ya la cosa podría ser diferente, al menos en el pasado).
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