“Cuando un hombre casado toma la decisión de separarse de su esposa, y se remueve físicamente de su casa, es que realmente empieza su propia montaña rusa emocional. Es como si todas las emociones que ha mantenido bajo control durante el tiempo de las mentiras y los engaños lo tomaran desprevenido.
Se sentirá profundamente deprimido. Sentirá una gran cantidad de culpa por herir a su esposa (y a sus hijos si tiene), y sentirá una profunda sensación de fracaso como esposo y como padre.
Se preguntará si ha tomado la decisión correcta. Se preguntará si sabe lo que significa el amor, o si está fuera de sus cabales.
Estará petrificado ante la idea de perder su dinero en el divorcio, y estará petrificado ante la idea de perder el amor de sus hijos.
Querrá que su esposa entienda por qué está haciendo esto. Querrá su aprobación. Querrá su bendición. Querrá saber si ella va a estar bien.
Si ella no sabe sobre ti, él querrá mantenerte bien escondida, especialmente ahora, hasta que sean definitivos los términos del divorcio.
Querrá tranquilizarla.
Estará completamente consumido consigo mismo. Estará obsesionado con su matrimonio y divorcio y obsesionado con la pregunta ‘¿estoy haciendo lo correcto?’”
Emerald. The Other Woman. http://www.gloryb.com/
Me acaban de mandar un mensaje: que a Eduardo lo botaron de la casa.
UFFF!!!
ResponderEliminarYo que he estado en ese lugar te puedo afirmar que no es tan radical como lo planteas... aunque debo reconocer que en alguna medida te acercas a lo correcto.
La mayor parte de las veces y esto lo digo como profesional del derecho, la decision para proceder al divorcio es acertada.
Los hijos si te has portado bien, siempre te querran... y el dinero si eres lo suficientemente emprendedor lo puedes recuperar y la felicidad si sabes donde buscarla aparecera.
Gracias por visitar mi blog...
Guido Gil B