jueves, agosto 21, 2008

Harry Potter (Eduardo. Capítulo 1)

Hoy me llamó un gran amigo, Hugo. Pero en realidad él no es originalmente amigo mío, sino que lo heredé, de otro amigo (y amante, y novio, y compañero de trabajo) llamado Eduardo (como ya habrás podido adivinar, todas las situaciones de este blog son completamente reales y todos los nombres completamente ficticios).

En fin, que el tipo me pregunta ¿qué es lo que te pasa? le digo, no me pasa nada; él me contesta que Eduardo llamó a Germán (no sé quién será el tal Germán) y le comentó que a mí me pasaba algo y como es muy lógico, Germán lo llamó a él y se lo dijo.

Parece ser que la última vez que yo me conecté a Messenger y él estaba on-line él me saludó y yo no le contesté. Por ahí viene todo el quid del asunto: Yo de verdad amo a este hombre, profundamente, con todo mi corazón, y entiendo que después de él los estándares nunca volverán a ser los mismos... pero (y siempre hay un pero) HACE 3 MESES QUE NO LE HABLO. Cuando me llama no contesto el teléfono, si me manda mensajes no los respondo, si me habla por Messenger lo ignoro y ¡ah, sí! me lo encontré un día en la calle y no le hablé... ¡y hoy fue que él se vino a dar cuenta!

Ya se podrá ver cuánto cariño me tenía él que no había notado mi ausencia en 3 meses. Luego abundaré sobre las especificidades de esta relación (por algo será que terminó). Pero mientras tanto, lo voy a bautizar extraoficialmente Harry Potter, porque si le vuelvo a contestar una llamada antes de divorciarse es mago.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿y cómo lo ve usted que tiene lentes, doctor?