sábado, agosto 30, 2008

Final...

"I think I did it again... I made you believe we're more than just friends..." Oops, I did it again. Britney Spears

Desde el día que conocí a Augusto (el que era alto, bello, culto, inteligente ¡y con una colita!) estaba por dejarlo, a pesar de lo mucho que me gustó. Lo vi sentado al lado de una amiga en común y estábamos hablando en un grupo... llegó un momento que él dijo algo que la única que lo entendió fui yo, o sea que seguimos por ahí mismo y dejamos a todo el mundo atrás, en babia. Al rato les pregunto a ambos: ¿ustedes tienen algo? él se adelanta y dice que no, solo somos amigos, al rato pregunto de nuevo y me lo confirman ¡COOL! todo bien.

Tres o cuatro días más tarde llego al parque y le pregunto a ella: Vanessa, y este niño, dónde anda? y me contesta ¿quién? ¿mi ex? le digo, sí, ese mismo... Me lo busca y me hago la loca toda la noche con el tema, como él le lleva 15 años pensé que sería algo de pasada. Cuando salimos del lugar me la trago a ella y me comenta muy campante que ella dijo toda la verdad la primera vez, solo son amigos, está muy bien que duraron (y agárrate para oir esto) nada más y nada menos que UN AÑO Y MEDIO, pero que ya eso terminó. ¡qué bien! ¡qué bonito!

Pero, por supuesto, ni así cogí cabeza yo. Seguí hablándole, volví a verlo y la próxima vez que nos juntamos me hizo un show por un amigo pasado de tragos que saludé y se me tiró encima. Mi amigo lo hizo mal pero ese es MI MALDITO PROBLEMA. Augusto y yo no teníamos nada. Él se despidió con mucha calma y en la noche me dejó un viaje de mensajes y de insultos en el celular. Y lo último que me dice es que definitivamente yo no quiero ninguna relación que tenga ni asomos de seriedad ¡no me digas, genio! ¿ahora te enteras, mojón?

El punto es que algunos días más tarde me encontré con el susodicho y por supuesto, no nos separamos ni por un segundo, no hablamos del incidente aquél y quedamos en paz relativa.

Hace solo 2 días vino a mi casa a buscar una llave que se le quedó y procedió a darme dos besos, uno en cada mejilla, con toda su lascivia él, ¡alante de todos mis hijos y un vecinito! Me quillé y lo empujé y me dijo: ¿qué? los amigos se saludan. Esto sin contar que se apareció cuando yo estaba durmiendo, sin avisar, mandó a despertarme y cuando yo salí de mi cuarto lo encontré metido en el área de las habitaciones.

Quizás la mejor parte de esto es cómo dejó las llaves en primer lugar. Dos noches antes estábamos hablando por teléfono y le comenté que yo venía del súper; me pregunta qué compré, le digo, mariscos, pan, queso y frutas. Contesta ¡ah, qué chulo, frutas! Comenzamos a hablar de este tema y le dije que mi favorita es la guayaba. "Precisamente voy mañana para la finca y allá hay muchas guayabas" dice. Ok, excelente. En la noche, cuando yo estaba vistiéndome para salir con otra persona, se aparece Augusto, que le abra, que ya está llegando y trae todas las frutas. Como me dio pena le abrí: directo y en vivo para la cocina y armando muchísimo desorden con como 12 fundas que andaba, incluso una con unos pantaloncillos que todavía no ha aparecido (¿qué andará pensando la muchacha que trabaja aquí?).

¡¡¡Este hombre definitivamente no respeta límites!!!

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¿y cómo lo ve usted que tiene lentes, doctor?