“Se te ha olvidado: la máquina de afeitar, las pastillas del mareo, el pijama de rayas y, otra vez más, olvidaste decirme que me quieres”
Coral. 1er lugar Concurso literario de hiperbreves de la Universidad de Alcalá.
“¡Necesita tan poco para expresarse el amor! Pero lo necesita.”
Antonia Guindulain. Miedo
En conclusión: en mi corazón atesoro la terrible relación que tuve con Eduardo como una historia de amor –que quizás no terminó de la mejor manera posible-- pero historia de amor al fin. Que valió la pena, valió el sacrificio y valió el sufrimiento que trajo.
Por haberla vivido yo soy más, soy mejor y valgo más. Y no me cambio por nadie.
Quien yo soy ahora le agradece muchísimo a la que yo era antes, a la que tomó la estúpida decisión de involucrarse con un hombre casado, abriéndose así la puerta de una pasión arrolladora. Él podría negarlo ahora, decir que sólo fuimos amigos (si hay algo que Eduardo y yo nunca fuimos, es amigos, el tiempo lo ha demostrado), whatever, live and let die, pero la realidad es que esta pasión lo arrasó a él tanto como a mí. Me consta.
Sexo apasionado, discusiones apasionadas, besos de película (¿alguien se acuerda de Gatúbela?), declaraciones de amor, presentación a los padres, a los abuelos, a los primos, a todo el árbol genealógico, sentir que uno puede llevarse el mundo por delante, saber que nadie nunca ha vivido lo que nosotros tenemos, borracheras matutinas, orgasmos triples, libertad, escapadas del trabajo, egoísmo, falta de ternura, indiscreciones, infidelidades, indiferencia, rencor…. lo teníamos todo. ¡Quién sabe si algún día volvamos a encontrar eso!
Este trago va a su salud.
Brindo contigo: por los amores que nos llevan al cielo y al mismisimo infierno en un solo aliento!!
ResponderEliminar-Kitty-