Álvaro de Laiglesia. Los hijos de Pu
"A mí no me importa el qué dirán", "Que piensen lo que quieran", "Lo que digan de mí me resbala".... ¿te suena? ¿alguna vez oíste (o te oíste) diciendo una de éstas? Yo también.
Esta es una de las caras más usadas del mundo occidental y necesita urgentemente una cosmética nueva, ya que muchos más débiles que yo viven usando estas muletillas. Todos son independientes y librepensadores. Y no les importa el qué dirán, pero esconden secretos. No les importa el qué dirán, pero si la novia los agarra con otra, hablan mentiras. Y se encojonan cuando los critican. Los hombres no quieren que los vean cuando andan con un grillo ¿verdad, Guido?. Y las mujeres no admiten ni bajo tortura ninguna relación que no haya sido ya definida públicamente como noviazgo. Si nos llevamos de ellas, todas son vírgenes ¡hasta las que tienen hijos! (y ese tipo no les gusta, y no se están acostando con el jefe, y no les molesta ni les pone celosas la cantidad de tiempo que su hombre les dedica a los hijos del primer matrimonio. ¡Ay! ¡lo dije!). Whatever.
Yo, que soy una valiente voy a admitir lo siguiente: A mí sí me importa el qué dirán. Yo todo lo pregunto. Pido opinión para todo: para actuar, hablar, pensar y ¡hasta sentir! A todo lo largo y ancho de mi esfera pregunto desde a amigos cercanos hasta a completos desconocidos y al perro de la casa.
Tomo en cuenta toda la información recopilado y de ahí saco una conclusión. Cada opinión será juzgada de acuerdo a la fuente. Se tomarán en cuenta inteligencia, afinidad de valores, respeto que yo te tengo... Por ejemplo, si una amiga mía famosa por apoyarme en todas las relaciones desastrosas que yo he tenido, me dice que le gusta mi novio nuevo ¡posiblemente sea hora de salir huyendo despavorida de ahí!... pero que se sepa que su opinión fue tomada en cuenta, y hasta logró modificar mi comportamiento.
Y ni qué decir que obedezco en todo a mi mamá. Cuando ella manda algo, yo obedezco. Sin peros, sin cuestionamientos. Casi 34 años sobre esta tierra me han enseñado que las madres no se equivocan (El Duke quizás piensa que yo era tan cerrada con él al principio porque no estaba segura de él ¡qué va! era porque mi mamá todavía no lo conocía y no me había dado su opinión).
Y es por esta forma de operar que estoy en condiciones de dar la cara por cada uno de mis actos, palabras, pensamientos y sentimientos. Porque gracias a tí y a todos los demás ya vi todos los puntos de vista, y te aseguro que los pesé. Esa es mi responsabilidad de integridad.
Un líder que no escucha lo que su pueblo tiene para decir se convierte en impopular y pierde las próximas elecciones. Un empresario que no se entera del sentir de sus empleados (como el jefe del Duke), acabará por quebrar. Y cuando tú me dices a mí: tú no puedes estar celosa de un objeto inanimado.... bueno, yo me lo replanteo seriamente mi posición. Y todo el mundo sabe que me decidí a buscar hombres que sirvieran después que Mr. JS me dijo "duquesa" en un comentario.
Honestamente, si tú tienes un bló con una sección de comentarios abajo, pudiendo no tenerla, puedes pregonar a los cuatro vientos desde la azotea que no te importa lo que piensen y yo no te lo voy a creer. El que es realmente egocéntrico, anula la sección de comentarios y sanseacabó. Y reconozco que para hacer esto hay que tener un poco de sociópata. Nunca he conocido a alguien completamente desprendido del qué dirán. Sólo los locos. Y la gente les tiene miedo, por algo será.
El reto para mí es unificar mis caras, tender solo a una. Si no hay que vivir corriendo a ponerse y quitarse el disfraz. La cara pública para el qué dirán, el culo oculto para mí. Así no se logra nunca ser independiente. No way, no sirvo para esa vaina, prefiero pensar las cosas antes de hacerlas y a lo hecho, pecho... Pa' tra' ni pa' coger impulso!
P.D.: Acabo de leer esta historia en el libro que está leyendo mi hijo del medio, Sangre de Campeón Invencible de Carlos Cuauhtémoc Sánchez.
"Hace años, un hombre rico, cuya familia tenía fábricas de armas, se fue de vacaciones. Alguien dijo que había muerto y los periódicos publicaron la noticia diciendo: 'ha fallecido el rey de la dinamita, mercader de la muerte'. Este hombre se dio cuenta de que estaba destinado a pasar a la historia como un perverso asesino, 'mercader de la muerte'. Entonces, decidió quitarse esa etiqueta, convocó a una enorme rueda de prensa internacional y anunció que dedicaría el resto de su vida y donaría toda su fortuna a una fundación que promovería el bien de la humanidad. Hoy la gente lo recuerda no como el mercader de la muerte, sino como el instaurador del premio Nobel."
Mira eso ¡el qué dirán en acción!