Ave de mal agüero

"La cobardía es asunto de los hombres, no de los amantes
Los amores cobardes no llegan a amores ni a historias, se quedan allí
Ni el recuerdo los puede salvar..."
Silvio Rodríguez. Óleo de una mujer con sombrero


Resulta que anoche se estaba quejando el Duke de que en todos los posts que tienen que ver con él yo no le doy ni siquiera una oportunidad a nuestra relación. Que ya está previamente condenada a muerte. Yo le contesté que es para que no se asuste, y decidí ¡qué carajo! déjame contentar al Duke y decirle lo que yo realmente siento sobre nosotros.

Pero no resultó tan fácil. La verdad es que tenemos una tonelada en contra. Yo estoy como la canción de Pablo Milanés y Víctor Manuel, Blanco y Negro, en que dicen que ellos tenían la mejor intención de hacer una canción de muchos colores, pero que no les falló la intención, sino el presupuesto.... y acabaron con una canción en blanco y negro.

Hoy me dice el Duke que la semana que viene piensa ir al médico a hacerse una jodienda para ver cómo anda el hígado. Y que es posible que le prohíban la bebida. Si él deja de beber me jodí, porque tengo que dejar de juntarme con él aunque lo ame ¡Y esto sería en una semana!

Pero supongamos que el médico le dé el clear. En febrero se va cerca de 20 días para su país. Esta idea en teoría me entristece, pero en realidad pienso que ese tiempo sin saber de él es una gran oportunidad de replantearme todo, de ver si esta relación no es un producto alienado de mi mente. El reto que presenta es que cuando vuelva estaríamos empezando todo de nuevo. Claro, si se quiere.

Hasta aquí todo bien. Pero pasa algo: antes de ese viaje, en enero, viene la hija a visitarlo no sé por cuánto tiempo. O sea, que la separación es más larga, porque no lo voy a poder ver en ese tiempo. Pero está bien.

Todavía no es nada tan terrible. Aquí es que la puerca retuerce el rabo: cuando este hombre esté en Argentina se va a inscribir en una cosa que se llama el Tour de la Patagonia o algo así... "y entonces sí voy a tener que empezar a entrenar en serio". Porque por lo visto montar dos horas de bicicleta 4 de cada 6 días y el séptimo completo no es entrenamiento en serio para él. Y el entrenamiento serio parece que implica no beber alcohol (traducción: no verme a mí). Y es de por lo menos 2 meses. O sea.

Pero como estos inconvenientes no eran suficientes, agárrate, que ahora es que vienen las noticias realmente buenas: Cuando él vuelva del asunto de Febrero piensa ponerse a administrar un Sport Bar ¡EN BÁVARO!

El Duke es tan bello y tan dulce. Todas estas historias él las cuenta feliz como un cascabelito. Y yo soy el ave de mal agüero. Él no se da cuenta que un análisis frío de los hechos, "ser realista" como me pide él, le gana en cualquier día al peor de mis pesimismos. Y que el único portador de malas noticias sobre nuestras posibilidades de supervivencia es él.

Yo soy la persona más estable del mundo. Yo pienso mantenerme exactamente donde estoy por lo menos por los próximos 10 años, hasta que mi hijo menor sea mayor de edad. No voy a dejar de beber, no planifico meterme en ninguna secta, no pienso mudarme, viajar, emprender nuevos proyectos, cambiar mi estilo de vida, conocer nuevos mundos, hacer cambios de carrera. Mi prioridad es trabajar y criar mi familia.

Y, dentro de 10 años, cuando yo esté 2 años más joven de lo que el Duke es ahora, entonces empezará mi etapa de correcaminos, de trotamundos, de ir donde el viento me lleve, de dejar un novio en cada puerto.

Pero por ahora, es a mí a la que me toca quedarme.

Estaré quizás desolada, pero no derrotada. Disfrutaré cada día que Dios me regale al lado de él, sin llevar la cuenta (¿para qué? no es cosa de autoflagelarse). Y pa' tra' ni pa' coger impulso!