¿Sola o mal acompañada?

"If you're going into the third chapter of your saga about the horrible boss you left behind at your last employer, and I'm furiously taking notes, here's what I'm writing: Shoot me. Poison me. Kill me now. Kill me now. Please, please kill me now..."

Liz Ryan. Make-or-Break Interview Mistakes

¿Salir sola o no salir sola? He ahí el dilema.

La ventaja de andar con alquien es que me puedo emborrachar todo lo que quiera y no tengo problemas para volver. La última vez esto no me preocupaba, porque no tenía carro, pero ahora heredé y vino con responsabilidades. Obviamente, no puedo manejar borracha y no puedo sencillamente dejar el carro botado por ahí. Siempre termino amaneciendo donde sea hasta sentirme mejor y poder irme, but that's lame.

Por otro lado, las ventajas de andar sola son obvias y no necesitan abogado.

Este es un ejemplo: hace unos días bajé para la zona después de separarme de los dos hindúes. Conocí a una médica bellísima de Santiago a la que no me podía despegar de encima. Este asunto quedó en nada porque ella andaba con una tipa súper absorbente y controladora (a la que bautizamos cariñosamente el buitre) que no le perdía pie ni pisada, pero quedamos para su próxima visita a la capital.

Además, había un individuo (casi entrando a adornar mi lista de HPs) que estaba fascinado mirándonos y no nos dejaba las manos vacías ni por un segundo. ¡No puedo contar lo que bebí esa noche!

El tipo al final resultó ser muy simpático y conversador, y nos quedamos él y yo contando cuentos toda la noche mientras el buitre se llevaba arrastrada por los moños a Cecilia. No estoy exactamente segura de qué pasó después, pero creo que hicimos cosas que mi último marido estuvo 3 años rogándome que hiciera con él y no quise. Nos separamos en la mañana sin ataduras y sin intercambiar nombres o números de teléfono. Y hasta ahí todo iba bien.

O al menos eso creía yo. Pero cuál no sería mi sorpresa cuando me llama al día siguiente "Antonio". ¿Antonio? ¿cuál Antonio? no sé en qué idioma me estás hablando, se más específico. ¿Tú no te acuerdas de mí? el chico que estaba contigo anoche.....  ¡¡¡Aaaaahhhhh!! ¡Antooooonio! ¿por qué no lo dijiste antes? (¡ups!).

Después de escucharlo más de dos horas hablar de todo lo que él tiene, de todo lo que gana, de lo cómoda que es su vida, de todo lo que ganaba hace cinco años (un dineral, pero que no le hace falta, porque ahora gana más), de la compañía anterior en que trabajaba (pero que ya no le importa ni quiere nada con esa compañía porque está mejor trabajando independiente), de todos los viajes que ha hecho (35 países, según su cuenta, por motivos de trabajo en la compañía anterior), de cómo su esposa cubana lo abandonó hace 2 años y se le fue para Estados Unidos sin avisarle y nunca volvió a saber de ella (pero a él no le importa, porque ya no la quiere y ha pasado mucho tiempo... y que ella sea de lo único que él habla no significa que no lo haya superado y a las pruebas me remito: ya tiene casi 2 meses divorciado) y además, de todas las mujeres con que ha terminado relaciones fiscalía de por medio, a todas las que les ha dado trompadas, galletas, pescozones, o sacado a la calle en panties después de una pelea (pero ellas nunca tenían la razón, ellas empezaron).

Entonces el dilema es: si no ando sola nunca tendré oportunidades de conocer chicas como Cecilia, pero si ando sola siempre corro el peligro de encontrar Antonios.