Rendez-vous

"que un beso es sólo un asalto y la cama es un ring de boxeo"
Joaquín Sabina. Mentiras piadosas


Como el Duke se está certificando para instructor de spinning (¡obvio!) del Body Shop, está todos los días más duro --lo cual está convirtiendo nuestros acercamientos en algo cada vez más peligroso para mí.

Cuando está entrepiernado conmigo, son como dos tenazas de acero apretándome los muslos, cuando me abraza con los brazos de roca siento que me está ahorcando, si choco contra él quedo llena de moretones. El otro día le pedí un masaje en los pies y yo juraba que me había arrancado un dedo con todo y tendón. Él, ni se enteró. Y por supuesto, ya no puedo usar su barriguita de almohada, porque está siendo progresivamente sustituída por un cómodo six-pack. Ahora es lunes en la mañana y no me he podido levantar, porque quedé molida a palos de los encuentros del fin de semana.

O sea, está tan duro que si choca con una pared, la pared se rompe (ya entiendo lo que siente la mujer de Marcos Díaz). Cada vez que se me acerca yo salto con miedo, instintivamente me encojo porque tengo miedo de que me va a aplastar, majar, raspar, clavar los lentes en la nariz o magullar de alguna forma. Me siento taaaan identificada con Sabina....

Supongo que tendré que acostumbrarme a que él esté más bueno y más flaco que yo. Y para rematar, lo llevé donde mi peluquero Brown, que le prometió ponerle "los pelos contentos"... dicho y hecho. Ahora tiene una bella melenita como la Colin Farrell, pero sal y pimienta.

Todo esto en última instancia se traduce en que el Duke tiene que quitarse de encima como moscas a los policías y a los cueros buscando vida con él porque tú sabes, él es blanco, extranjero y tiene dólares...