José Manuel Fajardo. El converso
La otra noche no podía dormir. Daba vueltas y vueltas en la cama, más de dos horas en eso y nada, me imagino que el pobre Duke estaría histérico conmigo moviéndome, hablándole y despertándolo a cada rato. Me sentía triste, preocupada y estresada, y lo peor es que no tenía idea de por qué.
Entonces caí.
Luego de pasar la resaca del 24 y la mejor parte del 25 durmiendo mi yo consciente por fin decidió retornar a la superficie y acordarse de una de las tantas eventualidades del día anterior.
Resulta que en la tarde del 24, durante los preparativos para la nochebuena hicimos una parada técnica en casa de Duke a dejar un asunto congelando, mientras recogíamos toda la bebida del mundo para llevar y nos tomábamos nuestro respectivo trago de whisky. Entonces oímos todas las explosiones, duraron menos de 3 segundos, pero retumbaron. Naturalmente, yo pensé que alguien andaba por ahí jodiendo con fuegos artificiales ilegales (que este año están prohibidos) y le explotaron encima, porque fue un estruendo del otro mundo.
A mí no me pasaría por la cabeza asomarme al balcón o a la ventana si oigo explosiones, pero ya tú sabes que los hombres nada que ver, no se pierden una. Cuando él llega al balcón ve un Ford Focus negro pasar rápido en dirección Sur-Norte y oye: "¡socorro!"... y sale volando por la puerta, vuela tres pisos hasta la primera, cruza volando el parqueo y sale a la calle volando también seguido a pocos pasos por otro vecino del mismo edificio que oyó lo mismo. Then it gets gruesome.
Encuentra un vehículo que venía en dirección sur parado a punto de entrar al parqueo del edificio del frente con el chofer cosido a balazos (obviamente arma automática, calibre grande), un revólver tirado adentro (esos deben haber sido los 2 primeros tiros aislados que sonaron) y la mujer con la pierna colgando. Como llega antes que todo el mundo la ayuda a acomodarse, ella ya había salido y se estaba agarrando el pie roto. Ella empieza inmediatamente a darle todos los datos: "Mi nombre es Madelin Bernard (no tiene sentido proteger su identidad, puesto que ya todo el país se lo sabe), llama a mi mamá" y le da el número, "llama a mi padrastro" y le da el número, "llama a mi médico", lo mismo. Duke muy desesperado comienza a marcar los números como un loco, pero no aparecían ninguno. Cuando por fin lo cogió el doctor y él le dice lo que pasa, este hijo de la gran puta contesta "yo no conozco a nadie" y le tranca. O sea, ¡¡SU MÉDICO!!
Mientras tanto el otro vecino nos hizo señas a las que nos quedamos asomadas que llamáramos una ambulancia mientras todos los vecinos de la torre donde vivía el tipo se quedaban como mojones mirando y sin hacer nada. Yo llamé a la policía, a la ambulancia y al médico legista.... a todo el mundo. Y luego bajé, pero sin asomarme para allá (a mí no me gusta ver ni una uña enterrada). Tan pronto comenzó a llenarse de gente Duke se alejó muy discretamente para evitar pasarse la nochebuena en el Palacio de la Policía contestando preguntas.
Entonces volvimos a subir. Con la parte que vino después yo no quedé muy conforme. Desde el balcón nos quedamos viendo el movimiento de gente, policías, ambulancias, la calle acordonada... y dos niñas en el balcón del cuarto piso, una como de 6 años y una como de 12 que gritaba desesperadamente, compulsivamente, insistentemente: "¿CÓMO ESTÁ MI PAPÁ? ¿CÓMO ESTÁ MI PAPÁ?". En esto pasó más de 20 minutos. Y nadie le contestaba. Yo tenía ganas de decirle: relleno como un pavo, con más hoyos que un colador, pero no pude porque para estas alturas ya yo estaba llorando.
O sea. Es media tarde del 24 de diciembre. Esta gente está esperando al hombre en la puerta de su casa para darle su regalo de navidad alante de toda la familia. ¡Qué bello! ¡Qué delicado! Yo nunca quisiera estar en la posición de estas niñas. Me imagino la ilusión con que esperaban su navidad ¡esto no estaba en los planes!
Te cuento que si yo fuera Madelin, la primera decisión ejecutiva de mi vida de viuda sería cancelar al patán del médico y rodearme de gente dispuesta a darme una mano. Buena falta que me va a hacer.
Y hablando de regalos, me recuerdo de otro caso de una amiguita mía, Dolfi. Hace 5 años el ex, jarto de drogas, la estaba esperando a la salida del trabajo y le entró a machetazos cortándole las dos manos. La historia se hizo famosa porque se las reimplantaron con éxito (esto es discutible, todavía está en rehabilitación) y el tipo está cogiéndolo variado, 20 años en Najayo. Esto sucedió el 25 de Noviembre, día internacional de la No Violencia Contra la Mujer.... ¿y ya dije que también ese día ella cumple años?
Coño ¡y yo que me quejaba de los malditos cumpleaños y diciembres míos! (como dice en la cita de arriba, déjame yo callarme y no ofender a la diosa Fortuna!).
Para todos los que hemos tenido el privilegio de nunca haber tenido que vivir un cumpleaños o una navidad como éstos, que Dios nos siga bendiciendo y nos mande un excelentísimo año 2010.
por eso mismo siempre te digo que no te quejes tanto porque mas pa'lante vive gente llevandosela el mismo diablo!!!
ResponderEliminarUffff,,,que depresion! Yo que hasta me alegre de ver un nuevo post tuyo!..pero nada, la verdad es que SI debemos de dar gracias de que ante este tipo de situaciones, nuestras vidas son Disneyland....pero aun asi nos quejamos.
ResponderEliminarSin embargo, no debemos cerrar los ojos ante las crudezas que la vida nos pone de frente,,,,Yo tengo estomago para ver todas esas cosas,,pero no las veo pues no hay necesidad...
Sorry que hayas tenido que presenciar todo eso. De todas formas:: FELIZ NAVIDAD!
Kiara, este ha sido uno de los mejores post que he leido, yo tambien me quejo muchisimo de los cumples, de la navidad, de los dias festivos, pero realmente no quisiera ni pensar en pasar por semejante cosa. Me imagino que tendras esta pelicula en la mente y la ves una y otra vez, no digo yo no dormir, pero nada suerte amor y un poquito de paz....
ResponderEliminarCojollos como diría mi abuela.
ResponderEliminar